Noticias Destacadas
Consultá e inscribite en nuestro seminario especial de bordado.

AGOSTO 27, 2016

En Articolor estamos constantemente acercando al público bahiense y su amplia zona de influencia, una gran variedad de cursos de bordado. Consulta en nuestros locales y reservá tu cupo!

  Leer Más
Historia del Bordado


La historia de las artes esta íntimamente ligada a las civilizaciones del mundo, y la tapicería bordada no podía ser una excepción.
Tenemos noticias de obras de tapicería de este tipo con antigüedad de miles de años.

Los objetos que se han encontrado y que se conservan en museos, son de diversa índole., existiendo paños bordados, vestimenta femenina o masculina, ropaje de cama, llamadores, obras para colgar, etc.

Todas las culturas han tenido representantes de este arte singular, y los primeros pueblos que se sabe que lo practicaban fueron los egipcios, babilónicos, chinos, árabes, griegos, etc.

Actualmente el bordado a la aguja ha sido reconocido como él más elegante de los trabajos que se practican con este pequeño elemento o herramienta.

Su ductilidad es inagotable, y tanto pueden encararse tareas sobre elementos domésticos como importantes obras de arte.

El detalle con que pueden ejecutarse los trabajos con este tipo de técnica lo han convertido en el favorito de las artes textiles, a pesar de que desde los tiempos más remotos ha venido compitiendo con la tapicería de telar, la cual tiene procedimientos de ejecución totalmente distintos que el bordado a la aguja.

Lo que realmente es indiscutible, es que la tapicería a la aguja posee infinitas posibilidades de ejecución, con elementos muy sencillos y cómodos para su realización.

La cantidad de obras famosas ejecutadas con bordado a la aguja es muy grande, y están depositadas en importantes museos de todo el mundo. A modo de ejemplo, podemos mencionar la más grande obra de tapicería bordada por obreros romanos: El Tapiz De La Reina Matilde o Tapiz De Bayeux, que data del siglo XI, y tiene la imponente extensión de setenta metros y cuatro centímetros de largo por cincuenta centímetros de alto. Esta obra se encuentra en el Museo de la Reina Matilde, en Bayeux, Calvados, Francia.

En 1512, encontramos, objetos bordados de todo tipo en los que se encuentran plantas, animales, armas, guerreros, etc.
En el siglo XIII muchos artistas vivían gracias a esta especialidad, principalmente en Alemania, donde se ponen de moda los trabajos confeccionados con motivos geométricos a punto contado sobre lino o seda. Estos trabajos fueron empleados a menudo, en decoración de los altares frontales de las iglesias y también como cubiertas de libros.

La comunicación con otros pueblos marcó el principio de la competencia, ya que Oriente exporta hacia Europa grandes cantidades de trabajos a la aguja los cuales son copiados, a veces con reemplazo de materiales. Posteriormente, los artistas europeos comienzan a ejecutar obras con motivos de cada país, y el bordado se va generalizando.

Hacia el siglo XIV, los trabajos a la aguja se habían extendido a otros objetos de uso diario: bolsos de distintos tipos, mantas, alfombras, etc., muchos de cuyos exponentes podemos admirar en el Museo De Alberto y Victoria, en Inglaterra.
En pleno Renacimiento (Siglos XV y XVI), Flandes se convierte en el centro indiscutido del bordado.

Allí se comienza a utilizar otros materiales en las como lana y seda, así como también hilos de oro y plata.

Una gran ayuda para el bordado fue la aparición del Bargello, denominado también punto Florentino, el cual fue introducido en Italia por una niña húngara que fue casada con el Príncipe Médici. Esta técnica basa su confección en largas puntadas de formas geométricas
utilizando varios colores, a veces todos dentro del mismo tinte pero con degradaciones de tono.

También se confeccionan por la misma época, elementos de uso cotidiano, o sea, almohadones, asientos de sillas y sillones, tapas de banquetas, caminos para mesas, etc.

La mayoría de estos objetos fueron trabajados en seda y trabajados en Petit Point, punto de bordado ya introducido en las obras del siglo anterior. Además, se usan los puntos Florentino, Cruz, Húngaro, Diamante, Rococó, y aparece por primera vez el Gros Point y el punto Continental.

La moda oriental se instala en Holanda con gran aceptación de la población.
El siglo XVIII marca un desafortunado pasaje a la mediocridad en los trabajos de bordado, con excepción en Francia, que persiste en temas románticos y complicados pero de gran jerarquía.

El sistema de puntos agrupados o sacados fue introducido en el mercado a principios del siglo pasado. La influencia oriental no obstante, persiste, pero se le da gran importancia a la confección de grandes trabajos de punto Bargello.

Este hermoso sistema decorativo fue el primero que se exportó a América, y por lo tanto el primer trabajo de bordado a la aguja que se conoció en este continente.
En general, las obras tenían como tema central composiciones campestres o pastorales.
La variedad se produce en el siglo XIX, pero en detrimento de calidad.

En 1835, en Alemania, se patenta el sistema Berlín, que consistía en marcaciones sobre papel cuadriculado, con diseños básicos de flores, y en algunos casos guardas.

Al mismo tiempo comienzan a usarse los apliques de bordados sobre terciopelo.
Los motivos fueron casi siempre elementos de la naturaleza, plantas, animales y ciertas hojas decorativas, como la del Acanto.

La influencia de Oriente continua, y se consigue dominar la técnica del punto Turco Afelpado, de dobles o triples hebras que imitan el efecto de las alfombras Persas, tan admiradas en Europa.

Los trabajos de este tipo eran muy lentos a pesar de que colocaban varios bordadores en su confección.

La contrariedad más notable residía en las agujas, que por ser materiales tan blandos, se quebraban con facilidad. Por ese motivo por primera vez se comienzan a utilizar agujas metálicas, que inmediatamente fueron adoptadas.

En 1951 se fundó la compañía de Bordadores de Inglaterra, la cual nos está indicando la importancia adquirida por esta especialidad en el continente europeo.

Ya en el siglo XVII, comenzaron a observar trabajos reducidos en tamaño, y diseños más simples.

Los temas generalmente consistían en asuntos bíblicos, pero la composición de los trabajos no tiene proporción ni perspectiva.

De esta época datan los primeros muestrarios de puntos de tapicería bordada, algunos de gran belleza.

Los proyectos bordados se amplían y se confeccionan alfileteros, portarretratos, carteras, etc.

Desde el siglo XIX, a nuestros días la técnica del bordado ha seguido varias evoluciones, a veces impulsada por la moda. Luego, al llegar la mecanización se ha convertido en más simple y estilizado pero no menos fastuoso.

Al margen de este tipo de bordado industrial perfecto pero mecánico, sobrevive en muchas localidades, el artesanal.


Bordado en Alto Relieve

Este es un bordado totalmente artesanal y transmitido de persona a persona, por lo que su conocimiento y difusión ha sido limitado. A pesar de ser un arte milenario pudo sobrevivir a sucesivas persecuciones de pueblos extraños a su cultura y tradición, el arte y tejido en Alto Relieve se refugio en las alforjas de los perseguidos a lo largo de muchos años.

Descendientes de aquellos pueblos fueron los encargados de ir transmitiendo este maravilloso bordado. Los trabajos y obras realizadas comprenden los mas variados temas; desde lo ornamental para distinguidas residencias, hasta los mas refinados temas paisajísticos con reflejos de seda; aves multicolores y exóticas, leopardos, tigres, leones, ciervos, amaneceres y crepúsculos, paisajes virgilianos, escudos, emblemas, plantas y flores, rostros, imágenes sagradas, replicas de famosos pintores Miguel Ángel, Murillo, etc. Contrastes entre luces y sombras tonalidades esfumadas son solo algunas de las inspiraciones de estos famosos artistas.

Es un arte antiguo, siberiano estepario, con matices boscosos y aires de campiñas del este y oeste de la antigua roma. La historia de esta actividad se remonta a los principios de 1600 aunque se sabe que luego unas pocas familias pidieron atesorarlo, cultivarlo y desarrollarlo, cuando la crisis arreciaba o amenazaba con borrar la tradición, los monasterios abrieron sus puertas. Y cuando esto no fue suficiente un grupo de familias cruzaron al Altai de China, lograron escapar a la barbarie y siguieron cultivando este arte heredado de abuelos y bisnietos.

Es este período en que se inician estos trabajos en Sudamérica, especialmente en Argentina. Actualmente, en nuestro país, el arte del bordado a la aguja esta medianamente conocido por una parte de la población, en general no como expresión de arte sino como elemento de laborterapia o distracción.

Esto se debe primordialmente a la ausencia, hasta el presente de escuelas especializadas del arte del bordado con específica aplicación al tema.
Por supuesto que entendemos que esto será factible revertirlo en el futuro. Teniendo en cuenta la admiración que despierta en las personas cuando se van explicando sus secretos, y técnicas depuradas.

Por el contrario, en Europa y Estados Unidos esta en pleno apogeo, y no faltan las novedades permanentes de nuevos puntos, aplicaciones y proyectos de tapicería, los cuales son presentados en importantes ferias y exposiciones de cada país.

A tal punto posee adeptos a este arte, que en los países más avanzados existen asociaciones de bordadores con una antigüedad de más de trescientos años y con más de veinte mil asociados.

Su origen es ruso. Su nombre técnico Bordado en Alto Relieve, conocido como Bordado Chino, debido a que la persona que lo hizo conocer en Argentina es de nacionalidad rusa accidentalmente nacida en la ciudad de Harbin, estado de Manchuria (China). A partir del año 1980 se comenzó a conocer en nuestro país Uliana fue la primera que recorrió gran parte del país transmitiendo este arte.

Siempre ataviada con ropas típicas floridas y finas sedas que recordaban su origen. Se radica en el valle de Río negro, allí formo una gran familia de 7 hijos; por esos tiempos tuve la oportunidad de conocerla, formándose una amistad a través del bordado, ya que mi actividad era similar, desarrollando otros tipos de bordados europeos por lo que me transmitió los secretos sobre este bordado para poder llegar a apreciar en una obra sus distintos matices, sombras y realces.

Dejando en mis manos toda su enseñanza, emigra de nuestro país. De ahí en más trato de hacer honor en mis obras a lo aprendido de esa mujer experta en aguja e hilo, perfeccionándome cada día más en todos sus detalles y creando nuevas y numerosas técnicas, siempre conservando las bases y sobre todo no perder la esencia del bordado.

En la actualidad en nuestro país el Bordado el Alto Relieve ocupa un lugar de primer nivel relacionándose con las artes plásticas, ya que desarrollan en quien la interpreta, el poder de la creatividad y la imaginación, llegando a expresar con su herramienta, la aguja, que sustituye en su arte al pincel o al cincel, ya que va bordando en forma silenciosa con sonidos que oye solamente el alma y comprende la sensibilidad del espíritu.

Este bordado que ha ganado el buen gusto de las mujeres, llega a ser un elemento importante para la moda, ya que hace resaltar cualquier vestimenta a la que se lo aplique dándole un toque de distinción, formando parte de la personalidad del que lo usa, llegando a ser una labor entretenida para el que la realiza, como también una labor terapia y en muchos casos una salida laboral.

Hace más de 20 años que dedico mi vida a transmitir mis conocimientos, con el deseo de que todos lo conozcan y valoren cada puntada que hacen, encontrando así la satisfacción de ir descubriendo su obra.

Les aseguro que en este maravilloso mundo de los hilos y las puntadas se logra la paz interior, se acalla el alma, nuestras manos están ocupadas creando suaves texturas, los ojos viendo maravillas en colores y nuestros pensamientos nos hacen sentir útiles y felices.
Vaya todo mi cariño a aquella persona que toma una aguja y da su primera puntada.

Clara E. Stoessel
Bahía Blanca
Buenos Aires
Argentina